6-3-2018 

 

 

Amalia Bautista (n. 1962)

 

 

 

 

Al cabo

  

Al cabo, son muy pocas las palabras

que de verdad nos duelen, y muy pocas

las que consiguen alegrar el alma.

Y son también muy pocas las personas

que mueven nuestro corazón, y menos

aún las que lo mueven mucho tiempo.

Al cabo, son poquísimas las cosas

que de verdad importan en la vida:

poder querer a alguien, que nos quieran

y no morir después que nuestros hijos.

 

 

(De Cuéntamelo Otra Vez)

  

 

 

Cuéntamelo otra vez

 

 

Cuéntamelo otra vez, es tan hermoso

que no me canso nunca de escucharlo.

Repíteme otra vez que la pareja

del cuento fue feliz hasta la muerte,

que ella no le fue infiel, que a él ni siquiera

se le ocurrió engañarla. Y no te olvides

de que, a pesar del tiempo y los problemas,

se seguían besando cada noche.

Cuéntamelo mil veces, por favor:

es la historia más bella que conozco.

 

 

(De Cuéntamelo Otra Vez)

 

 

Luz de meiodía

 

Ni tu nombre ni el mío son gran cosa,

sólo unas cuantas letras, un dibujo

si los vemos escritos, un sonido

si alguien pronuncia juntas esas letras.

 

Por eso no comprendo muy bien lo que me pasa,

por qué tiemblo o me asombro,

por qué sonrío o me impaciento,

por qué hago tonterías o me pongo tan triste

si me salen al paso las letras de tu nombre.

 

Ni siquiera es preciso que te nombren a ti,

siempre nombran la luz del mediodía,

la fruta, el paraíso

antes de la expulsión.

 

 

(De Estoy ausente)

 

 

Pide tres deseos.

 

Ver el alba contigo,

ver contigo la noche

y ver de nuevo el alba

en la luz de tus ojos.

 

 

 

 

                        Una sombra


Jugaba al ajedrez y le gustaba

comer en restaurantes orientales,
los clásicos, las piernas de las chicas,
el zumo de tomate, la ternura,
el ciclismo, el valor y los caballos.
Odiaba a los oscuros intrigantes,
la usura, la mecánica y el basic,
y no pactó jamás con mercaderes
y con "ismos" que inventan los mediocres.
Yo le ame con locura, pero un día
se hartó de imaginarme diferente
y se fue. Como todos los fantasmas.

 

("Una sombra", da 'Cárcel de amor', 1988)

 

Un'ombra

 

Giocava a scacchi e gli piaceva
mangiare nei ristoranti orientali,
i classici, le gambe delle ragazze,
il succo di pomodoro, la dolcezza,
il ciclismo, il coraggio e i cavalli.
Odiava gli oscuri intriganti,
l'usura, la meccanica e il Basic,
e non ha mai negoziato con i commercianti
e con gli "ismi" inventati dai mediocri.
Io lo amavo pazzamente, ma un giorno
si stancò di immaginarmi diversa
e se ne andò. Come tutti i fantasmi.
 

 

 

 
 

                          IDA Y VUELTA

 

 

 

Cuando nos dirigimos al amor
todos vamos ardiendo.
Llevamos amapolas en los labios
y una chispa de fuego en la mirada.

 

Sentimos que la sangre
nos golpea las sienes, las ingles, las muñecas.
Damos y recibimos rosas rojas
y rojo es el espejo de la alcoba en penumbra.

 

Cuando volvemos del amor, marchitos,
rechazados, culpables
o simplemente absurdos,
regresamos muy pálidos, muy fríos.
Con los ojos en blanco, más canas y la cifra
de leucocitos por las nubes,
somos un esqueleto y su derrota.

Pero seguimos yendo.

en Tres deseos (Poesía reunida), Editorial Renacimiento, 2006
Traducción al portugués de Ronaldo Costa Fernández
 

 

                              IDA E VOLTA

 

Quando nos encaminhamos para o amor
todos vamos ardendo.
Levamos amapolas nos lábios
e uma centelha de fogo no olhar.

Sentimos que o sangue
nos golpeia as têmporas, as pelves, os pulsos.
Damos e recebemos rosas vermelhas
e vermelho é o espelho do quarto na penumbra.

Quando voltamos do amor, vagarosos,
desprezados, culpados
ou simplesmente estupefatos,
regressamos muito pálidos, muito frios.
Com olhos e cabelos envelhecidos e o número
de leucócitos nas alturas,
somos um esqueleto e sua derrota.

Porém continuamos indo.